Yo digo

En un mundo donde todos alzan la voz para gritar al viento sus verdades, yo comento suavemente qué opino de la Humanidad. (Todos los links de este blog abren en una ventana nueva)

domingo, junio 18, 2006

Crisis y recuperación

Ayer tuve mi habitual consulta con mi psiquiatra. Por suerte me atendió bastante rápido, ya que suele tener pilas de pacientes esperando y a veces la espera se hace interminable. Recuerdo un viernes que salí como a las diez de la noche, y quedaban un par de pacientes aun... En fin, estoy contento porque me bajó la dosis de las pastillas que estoy tomando, ahora estoy en una dosis mínimas de 0.50 mg. de alprazolam por día y 0.25 mg. de sertralina por día. Una mejora sustancial si lo comparo con los comienzos del tratamiento, hace unos ocho o nueve meses, cuando tomaba 2 mg. del primero y 0.75 del segundo. El psiquiatra me recomendó que siga yendo al psicólogo (la verdad que hace como un mes que no voy) y cuando yo le comenté que el psicólogo me había hablado de la posibilidad de recurrir a una psicomotricista para reforzar el tratamiento, el tipo dijo que era una buena idea y me recomendó una (distinta a la que me había recomendado el psicólogo.) Como la que me había dicho el psicólogo quedaba ahí cerca, cuando salí de la consulta fuí. No sé muy bien qué esperaba pero sin duda que fue algo raro. La tipa me hizo pasar a una sala donde había objetos por lo menos extraños, relacionados con la actividad lúdica que se debe desarrollar para exteriorizar ciertos comportamientos sobre los que luego se trabaja; así, había pelotas, almohadones, elementos para dibujar, aros (como los de baile), etc... me hizo sentar en el piso (bueno, sobre un almohadón) y me comentó qué ofrecía ella desde la terapia. Por suerte los tratamientos son cortos, alrededor de diez meses, y como no me quedaba otra tuve que aceptar. Estoy comenzando el próximo martes. Veremos qué pasa.
A todo esto, tengo que comentar brevemente cómo es mi historia y porqué me encuentro súbitamente metido con psiquiatras, psicólogos, psicomotricistas (¿se llamarán así?), antidepresivos, etc., etc...
Sin embargo, tengo que aclarar que estoy mejor que nunca. Sin duda la crisis que me llevó a esta situación ha sido admirablemente manejada por un grupo de gente que supo exactamente qué decir y qué hacer en el momento justo. La pasé mal, es cierto, de hecho estamos hablando de una crisis, pero por suerte fue breve y la superé muy bien.
Todo comenzó el año pasado. Mi abuela debió ser internada y cuando salió de la clínica estaba un tanto débil, de modo que necesitabamos a alguien que la cuidara. Si bien vive con nosotros, y somos cinco en casa, nuestro ritmo habitual de trabajo es lo suficientemente intenso para impedir que nos dediquemos mucho a otra cosa. Así, necesitabamos a alguien que pudiera cuidarla y estar a su disposición. Como no es sencillo meter a alguien desconocido en casa (ya que esta persona debería estar las 24 horas con mi abuela), luego de una breve búsqueda mis padres se decidieron por consultar a una prima segunda nuestra (es decir, de mis hermanos y mía.) O sea que la madre de esta chica es prima hermana de mi padre. Y la abuela de esta chica es hermana de mi abuela. De allí la conexión, que fuera de eso, hay que decir la verdad, yo no la registraba demasiado, ya que por lo general en mi familia no tenemos mucho contacto con el resto de las ramas de la misma.
(continuará)